domingo, 12 de abril de 2015

De cambios, desamor y un viaje sola

Me había perdido, lo que pasó,  nunca lo esperé,  me costó entenderlo, me dolió aceptarlo y me colapsó mantenerlo... dejé que me afectara bastante, y fue suficiente!
Emprendí un viaje en soledad, para sanarme, para borrarle -de a poco, pero intentando-, para crecer y perder el miedo a valerse por si misma -aunque nunca fui de las miedosas, ni menos dependiente- lo hice para disfrutar, para experimentar...
Salí el 26 de febrero de la casa familiar con una gran mochila, que al lado de mi repentina disminución de peso, se veía más grande que yo. Caminé por una media hora en pleno desierto -y arriba quemando el sol- , algo así como un kilómetro y medio; en el camino me cuestioné si era una buena decisión salir a dedo desde Caldera rumbo a Valparaíso,  lloré de pena, rabia y miedo, no duró mucho, me convencí de que era una buena idea y confié en mi... crucé la carretera,  esperé unos cuarenta minutos y enganché mi primer transporte hacía Copiapó -me había propuesto no hacer dedo a camiones ni hombres solos, más no quedó otra opción- , hombre solo trabajando en ruta -sentí algo de miedo, pero llevaba una cortapluma en caso de cualquier cosa- , rápidamente me puse a conversar con él, un hombre sencillo, ligero y respetuoso -conocía a mi papá y hermana mayor, me hizo sentir más confianza- , me llevó hasta el centro de la ciudad, ahí pasé mi primera noche.
Al día siguiente partí rumbo a Vallenar -mejor si era hasta La Serena- , fueron sólo cinco minutos y logré conseguir mi segundo traslado,  logré llegar a La Serena,  con un hombre y su hijo en su auto, argentinos, amables y graciosos, viajé por unas cuatro horas con ellos -durante el viaje hablamos lo que me fue posible, estaba resfriada y había perdido casi totalmente la voz-, llegué a La Serena, y tomé un microbus rumbo a Vicuña,  quise pasar la noche ahí,  pero no resultó.  Tipo nueve treinta de la noche tomé otro microbus con destino a Pisco Elqui -lugar que no conocía, salvo por el nombre-,  llegué a eso de las once de la noche, no tenía donde quedarme y ni hablar de presupuesto, no obstante, invertí lo que tenía en una zona de camping para pasar la noche, de camino hacía allá, conocí a dos viajeras y me junté con ellas por esa noche.
Al día siguiente continué mi viaje, salí rumbo La Serena/ Coquimbo después de almuerzo, y pasé la noche ahí.  Había planeado un viaje por costa, pero mi resfrío me hizo desechar la idea, así que al mediodía partí con destino "lo más cerca de Valparaíso", así fue como llegué a Los Vilos, transportada por un amable señor que viajaba solo hasta allí, me fui cómoda, tranquila y satisfecha.
Desde Los Vilos,  compré un pasaje para ir a Valparaíso, ahí concluyó mi mochileo, me reencontré con Valpo y mi gente, me nutrí de valor y fuerza al concretar mi plan en totalidad -con omisiones de ruta,  pero de principio a fin- , fue satisfactorio, aprendí de mi, dejé muchas cosas a un lado...
Fue un inicio de nueva ruta, la marca de un comienzo diferente... emprendí un viaje que fue, simbólicamente,  de salir de la zona de confort, enfrentarse a temores y penas, adentrarse en el valle que se asemejaba a mi interior, para salir nuevamente al mundo... aunque fue corto, todo eso y más,  pude comprender...

Hoy camino hacía un cambio de ruta, dejé paraderos atrás, y aparecen nuevos destinos y caminos...

PD.:  nunca tuve que usar la cortapluma, atraje a personas de muy buen corazón que hicieron de mi viaje una experiencia altamente recomendable...

Inspiración: Wild

No hay comentarios:

Publicar un comentario